domingo, 28 de septiembre de 2008

Bienvenidos a la máquina




¿Quién no habrá escuchado alguna vez la frase "vivir en automático"? Como si la industrialización hubiese arremetido con tal fuerza que, al automatizar las acciones básicas del hombre, nos diese la sensación de que todo sucede por un extraño mecanismo anterior a nosotros, totalmente impuesto y cuyo grado de complejidad y abstracción se nos escapa de las manos.

Así es como se automatiza la vida sin que uno se de cuenta. Uno hace amigos porque hay que hacerlos, se viste como "hay que" vestirse, actúa como se espera que actúe, se casa y tiene hijos porque "es lo que hay que hacer". Tras una fantasía de libertad el hombre vive presa de una maquinaria de la que no quiere / puede salir.

Ahora bien: ¿qué pasa cuando uno, destornillador en mano, ve la maquina por el reverso y localiza claramente los tornillos que la cierran?.

Ya de por si dar vuelta la máquina es un acto de extrema osadía, así que tratar de abrirla es casi una blasfemia.
Pero sos joven, tenes pelo en la cabeza, potencia sexual intacta y todavía crees que el mundo se puede cambiar con ideas. Así que te decidis a ignorar las miradas de reojo , sacar los tornillos y abrir la máquina.

Sacas la tapa y ves un enorme entramado de cables, engranajes, poleas y demás cosas cuya complejidad crees que te desborda. También te das cuenta que no sos el único que abrió la tapa alguna vez, y que unos cuantos desafiliados onanistas de esos a los que nadie les da bola ya hizo lo propio para ver qué había. Muchos, incluso, mejor que vos*.

¿Por qué la necesidad de sacar la tapa? ¿por qué querer ver más allá?

Porque el hombre es esencialmente infeliz, y esa infelicidad es la que lo impulsa a querer conseguir cosas, la satisfacción de una necesidad no resuelta es el motor de su vida.

El ser humano vive quejándose y llorando sobre por qué las cosas están tan mal, por qué es tan infeliz e incompleto, pero muy pocos tienen el valor de preguntarse el por qué y tratar de buscar una solución...

Muy pocos quieren / pueden / saben abrir la tapa para ver qué hay adentro de la máquina...

Y cuando te aventurás a ver encontras tanta roña, tantos engranajes corroídos por la herrumbre del tiempo, tantas piezas que necesitan ser reemplazadas que salis contento a gritarle al mundo que crees saber la solución a todos sus males.

En el posteo anterior yo hable del "amor" y muy pocos se dieron cuenta de que en realidad lo que yo estaba señalando / denunciando es la hipocrecía y el grado de vaciamiento que hay detrás de cómo hombres y mujeres vivimos la sexualidad y las emociones. Hemos naturalizado tanto las aberraciones que yo enumeraba que al exponerlas de esa manera (que no es azarosa) muchos se me han horrorizado o me han dicho "che, es muy feo lo que escribis".
Odiaría que dejen de leerme o se sientiesen atacados por esto que estoy señalando, pero lo que yo mostré no son bichos que yo invento con mi retorcida imaginación. Son cosas que veo, cosas con la que crecí, gente que vino a comer a mi casa, tipos y minas que se erigían como ejemplos...de lo que nunca voy a ser.

Es la mugre que veo adentro de la máquina, el desgaste, las partes que ya no sirven porque sólo producen daño. Miro a mi alrededor y veo una sociedad que aunque tenga cada vez más es cada vez menos feliz, porque está aferrada a esas estructuras falsas que ya no le sirven y que ha naturalizado como algo normal y esperable: el falso amor burgues, el feminismo Cosmo, el mostrar y aparentar, la cosificación propia y ajena, etc...

Obvio que mirar adentro de la máquina no es nada lindo, no sólo porque requiere un grado importante de entrenamiento que sólo se consigue mediante la implementación de libros y pavimento, sino porque mirar dentro de la máquian es observar minuciosamente el interior de uno mismo y hacerse cargo no sólo de las miserias del prógimo, sino las propias (que es lo más difícil).

Todo muy lindo, todos contentos. Hemos leído, lo que leimos nos gustó, le encontramos sentido a la cosa y nos vamos contentos no sólo sabiendo que hemos entendido sino que, al hacerlo, los buenos d ela película somos nosotros, que tenemos que batalla contra los otros, que son todos una manga de forros y que son los que joden todo mediante la máquina.

¿Es así la cosa?

Ni en pedo.

Si hay algo que te aqueja entonces animate a abrir la tapa y ver la máquina por vos mismo. Mira que es jodido, duele como no tenés idea y podes salir muy lastimado; pero la realidad que vivis te hiere todos los días. Y está bien que así sea porque sentís, y al sentir podes darte cuenta de que algo no está en su lugar, y tener la voluntad de poner todo donde corresponde. Probablemente no salga como esperabas, pero es bueno confiar en que siempre haya alguien que escuche, entre todos los millones de hamsters que viven uno encima del otro en esta jaula llamada Tierra.

Yo ya sabía esto antes de siquiera abrir este blog. Es mi forma de contarles lo que veo al abrir la máquina. Y si ustedes cren que lo que escribo es duro, no imaginan lo duro que es para mi escribirlo: procesarlo en mi mente y escupirlo en forma de letras.

Pero así como yo les digo "lee y bancátela" yo me digo a mí mismo "escribí y bancátela"...










*Este texto tiene una gran cuota de influencia de Freudismo básico y la alegoría de la Caverna de Platón. Y me hago cargo, si señor.