viernes, 20 de febrero de 2009

La derrota



El rey estaba débil a causa de sus heridas y Merlín lo llevó a una ermita cercana donde el
ermitaño le lavó las heridas y contuvo la sangre con vendajes y bálsamos. El rey permaneció
allí tres días, hasta que pudo montar a caballo y seguir su camino. Mientras cabalgaba en
compañía de Merlín, el rey dijo con amargura:

-Debes sentirte orgulloso de servir a un rey derrotado, Merlín, a un caballero grande y digno
que ni siquiera tiene espada para ceñir, un caballero desarmado, herido y desvalido. ¿Qué es un
caballero sin espada? Nada... menos que nada.

-Eso es hablar como un niño -dijo Merlín-, no como un rey o un caballero, sino como un
niño lastimado y rezongón. De lo contrario sabrías, mi señor, que un rey vale más que su corona
y un caballero mucho más que su espada. Te portaste como un caballero al asaltar a Pellinore
sin armas.

-Y me derrotó.

-Te portaste como un caballero -dijo Merlín-. A todos, en alguna parte del mundo, nos
aguarda la derrota. Algunos son destruidos por la derrota, y otros se hacen pequeños y
mezquinos a través de la victoria. La grandeza vive en quien triunfa a la vez sobre la derrota y
sobre la victoria (...).
John Steinbeck - Los hechos del Rey Arturo y sus Nobles Caballeros - Pag.35

1 comentario:

SirPercival dijo...

ón humano. Pelearon, vieron el grial, y perdieron.... y pelearon, sin envilecerse, sin agriarse, sin envenenarse.
Extraordinario el libro de teinbeck